Cual material que no se rompe al doblarse y de a poco recupera su forma original, así estoy yo hace 13 años ya.
Desde el día en que leí "...tejido necrosado..." en el informe , sentada sola en la guardia y me dije "¿PARA que a mí?" Que no aprendí y me venis a enseñar ahora???
No se andarme con chiquitas, nunca tuve nada y cuando tengo algo, resulto ser un tumor en mi cabeza...Resiliencia...
Háblame de horas en quirofano, de pre quirúrgicos, de noches en terapia, de esperas eternas, de días y días en cama. De vendajes y desequilibrio, de una imagen que el espejo no quiere reconocer...
De acufenos constantes y de sonrisas torcidas, de kilos que bajan y suben sin fuerza muscular, de bastones y anteojos... Resiliencia...
De microcirugías, resonadores y eternos resultados dudosos.
Háblame de milagros..., de cesárea y de un cuerpo con memoria infinita. De patitas temblando, sobre la camilla, al entrar otra vez... de noche durmiendo en un sillón.
Háblame de ansiedad, de chocolates en cada kiosco, de Lágrimas a escondidas. Resiliencia...
Médicos, controles, consultas y más consultas. Resonadores, tomógrafos, quirófanos y más quirófanos...
Brazos sin más lugar para pinchasos y moretones que no quieren irse. Háblame de humor...
Háblame de caminar del lado derecho, porque sino no te escucho...
De fotos, de chicos, fotografia terapéutica, trabajo, ganas de vivir.
Resiliencia, positivismo, vaso medio lleno o como se lo llame...
Acá estoy... 13 años, el mismo tumor, 6 vueltas a quirofano, muchas horas de terapia intensiva, días y noche en el Anchorena, aprendizaje, enseñanza, valores, y querer ver crecer a mis hijos.
Covid mediante, inflamaciones, ojo sin cerrar, visitas a Funes, viajes con almohada y de madrugada, recuperaciones en casa y curaciones express...
Cambio de vida, dejar de querer abarcar todo, aprender a liberarme de cosas que nunca me pertenecieron, cortar cadenas... Respirar...
Disfrutar el presente, el ahora que ya pasó... y agradecer, siempre agradecer, la mano cálida y firme que acá, nunca me suelta y allá siempre me protege como mi ángel guardián.
Conciente de lo que puedo, creativa para reinventarme, aprendiendo a cada paso. Objetiva pero optimista, positiva al mil porciento. Controlando el huracán de emociones que son internamente mis días. Tratando de adaptarme a los cambios que no elegí. Con el gran propósito de ser feliz siempre, siempre con humor para conmigo misma y de la mano de mi vida, mis hijos y pocas pero grandes amigas. Siendo resiliente acá estoy hoy, escribiendo estas líneas después de 13 años agarrándome fuerte a los efímeros momentos de felicidad que me regala la vida... Vida nada te debo, vida nada me debes, vida estamos en paz.
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Gracias por tu lectura de hoy y hasta la próxima entrada.